ODIO POR AMOR
Hace días me levante de la cama dispuesto a cambiar varias cosas que me habían sucedido, y por casualidad prendí la Radio algo que generalmente no suelo hacer; pero ese día me remonte a recuerdos del pasado. En ese momento sonaba la canción del cantante Colombiano Juanes que lleva por nombre Odio por amor, eso llamo mi atención y me pude dar cuenta que esa canción en particular es una manera clara lo que actualmente se vive en el mundo y lo que intenta cambiar en la mente de todos el odio por amor. Para mi significa que saquemos todo ese odio todo ese rencor que tenemos hacia los demás y lo cambiemos por el amor que debería existir en todos los corazones. Es decir, lo que Juanes nos quiere decir a todos es que ya no peleemos mas porque no soluciona nada que nos debemos amar porque todos somos hermanos y con odio no funciona nada, ósea no hay progreso además es una canción muy bonita y emotiva.
Este es un poderoso himno de amor y de cambio, una universal necesidad de cambiar odio por amor. Es lamentable, como el odio cada vez más se posesiona de las personas y da paso a hechos catastróficos desde la guerra, la desunión, separaciones, distanciamiento, afectaciones psíquicas y físicas. Al respecto, que en forma más simple se puede definir el odio como la Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.
El odio es un sentimiento negativo, de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, situación o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir aquello que se odia. El odio es al contrario del amor, un sentimiento aprendido, usado como elemento autodefensivo, a veces de carácter rayano en el morbo. A veces el amor, se transforma en odio cuando hay desilusiones o engaños.
El odio se puede basar en el miedo a su objetivo, ya sea justificado o no, o más allá de las consecuencias negativas de relacionarse con él. El odio se describe con frecuencia como lo contrario del amor o la amistad; otros, la indiferencia como lo opuesto al amor. El odio puede generar aversión, sentimientos de destrucción, destrucción del equilibrio armónico y ocasionalmente autodestrucción, aunque la mayoría de las personas puede odiar eventualmente a algo o alguien y no necesariamente experimentar estos efectos.
Se agrega, que El odio es con frecuencia el preludio de la violencia. Antes de la guerra, suele ser útil enseñar a la población a odiar a otra nación o régimen político. Es común inculcar en los soldados, el odio hacia el enemigo hasta lograr trastocar las realidades del objeto del odio, deformando sus debilidades, sus amenazas y su realidad objetiva.
No nos sorprende que, el odio siga siendo el principal motivo tras conflictos armados como la guerra y el terrorismo. No es fácil saber cuándo el odio tiene una base lógica y cuándo el odio se ha convertido en algo orgánico contraproducente que se auto perpetúa, al respecto el odio es una emoción de intensa de antipatía y aversión hacia algo o alguien. Generalmente causa rechazo y alejamiento y a menudo es precursor de violencia.
El odio puede estar producido por el miedo o un desenlace negativo relacionado con lo odiado. Suele ser descrito como lo opuesto al amor o a la amistad, aunque se podría considerar que lo contrario al amor es la indiferencia. A menudo la palabra "odio" es usada erróneamente para referirte a algo que no gusta, como una película, alguna comida, etc. También es usada para describir emociones de prejuicio e intolerancia hacia una o un grupo de personas, como por ejemplo el racismo.
Alguna vez (como en las guerras) la propaganda política ha intentado incitar odio en el pueblo hacia alguna nación, fe o régimen político. El odio es el mayor motivo de las disputas armadas como guerras o terrorismo. Entonces, el amor lo perdemos cuando lo queremos para nosotros, es como el fuego que cuando lo extendemos nos acaricia con su calor; el amor tiene alas y no hay que encadenarlo.
El amor es el don más preciado que Dios nos ha regalado, y que nos da la oportunidad de regalar. Además, cuanto más se da más nos queda porque se agranda nuestro corazón al amar, ahí está el secreto del amor. Si lo pensamos fríamente el odio es un simple mecanismo de defensa, de autoprotección de la dignidad, de nuestra ética moral que ha sido atacada, de algo por lo que no estamos dispuestos a pasar.
En el marco de las relaciones personales, el odio es un veneno mortífero que impide el encuentro, la comunicación, la armonía y la convivencia. Ahora que nos encontramos en época de crisis cabe señalar que en el ámbito laboral odiar puede causar estragos ya que el odio afecta notoriamente a la productividad: impide la expresión de la creatividad ya que esclaviza a la persona que siente odio a pensamientos obsesivos de agresividad y violencia.
Lo más común es que un a persona que siente odio, se haya sentido previamente ignorada, rechazada, maltratada o abandonada. Lo que está claro es que odiar es muy fácil ya que para hacerlo, basta con pensar que somos los buenos, los adecuados, las víctimas en definitiva sintiéndonos seguros de tener la razón; omitiendo todo lo que contradiga nuestras cogniciones.
Más difícil es dejar de odiar ya que requiere una mente abierta y una actitud adecuada. Podemos evitar convertirnos en blanco de los arranques de odio, tratando a los demás con aprecio, consideración y respeto. Por el contrario si somos nosotros los que sentimos odio, podemos alejarnos de la persona o cosa que nos causa aversión y así reducir su influencia sobre nuestra emociones.
Entonces, podemos manifestar, que hay que intentar cambiar en la mente el odio por amor, es decir, si aprendemos a escuchar tal vez podamos juntos caminar lo podríamos utilizar como eslogan en nuestras vidas. No es necesario esperar hasta ese momento, la situación actual nos exige que tengamos esta mentalidad ahora. El odio gobierna las mentes de los seres humanos.
La situación actual exige una línea de transparencia absoluta, así como mucha comunicación, talante conciliador, capacidad para gestionar conflictos y negociación. La situación actual exige una actitud que busque puntos de encuentro por mucho que nos cueste y difícil que lo ponga e ser humano.
Y aunque la llamada a la conversión, a cambiar en la propia vida y en la sociedad todo lo que no tiene que ver con lo bueno, lo bello y lo verdadero tiene que ser una constante en la vida de todos, el tiempo de cambiar es como un tiempo especial de conversión. Se puede decir de manera particular en estos tiempos. Éste es el estribillo precisamente de de la canción de Juanes, con una letra que contiene un mensaje que invita a recapacitar, a que los hermanos no se peleen o a cambiar "el odio por amor". Puede ser un buen modo de empezar a hablar de la realidad profunda que encierra el tiempo.
Que lindo lo que pones para dejar a un lado las diferencias y ponernos a trabajar todos en una misma dirección, querernos más y sentir el dolor ajeno y ayudar en lo que mas se pueda. Pero llega siempre ante nosotros la realidad es una sola palabra para tantas que la quieren destruir al "Amor “, mientras nos cueste pedir perdón de frente ,envidiar la alegría del que esta feliz , evitar las querrás que solo son por religiones absurdas y odiar al mismo Amor Es tan fácil que llegue la rutina y arrase de una ves con esta palabra
También se trata de asumir responsabilidades en la vida, de tratar de hacernos cargo de errores cometidos en un pasado lejano y intentar perdonar a otras personas que por ahí en su momento reaccionaron equivocadamente ante situaciones, pero era lo que en ese momento podían hacer. Hay que aprender también a perdonarnos a nosotros mismo como personas. Esta actitud es parte de nuestra aceptación y además nos ayuda a crecer mucho por dentro y a desligarnos del sentimiento de culpa que tanto nos persigue cuando en realidad no existe. Solo existe el hacerse cargo, el poner el cuerpo y la mente en todo
Entre las cosas que hay que sacar de su mente, una de ellas es la crítica. En ves de ser constructiva, no nos ayuda a nada. Todos tenemos infinidad de defectos y también virtudes. Y tú también los posees. Aprende a controlar tus defectos para no sentirte mal ni molestar al prójimo. Y por sobre todas las cosas resalta en cada momento todas tus virtudes. Eso te generará un bienestar máximo.
Un amor grande es generoso, comprensivo, razonable, lleno de afecto y cariño hacia la persona amada, y ese amor, salvo cuando se termina, no debe producir dolor. Cuando un amor tan sentido se acaba, es lógico que suframos su ausencia, pero lo haremos por un tiempo limitado, el que necesitamos para reponernos y volver a llenarnos del amor que llevamos dentro, de nuestro propio amor, que siempre nos seguirá acompañando.
El problema surge cuando no hemos alimentado ese amor interior y profundo por nosotros mismos. Ese amor que nos sirve para querernos por encima de todo, para elevar nuestra autoestima y protegernos ante el desamor que puede rodearnos. Cuando no sentimos amor por nosotros, entonces estamos en situación de auténtico desamparo, a merced de las circunstancias y las personas que nos encontremos en nuestro camino.
Finalmente, ciertas crisis pueden marcar nuestra existencia. A veces en nuestra vida hay un antes y un después de determinados hechos especialmente amargos o dolorosos. Ya hemos comentado que lo importante de las crisis es extraer las enseñanzas que encierran, no hundirnos en el dolor que provocan. Las crisis en sí mismas no son necesariamente buenas, pero tampoco intrínsecamente negativas si las vivimos desde la reflexión, desde el análisis de los errores que no debemos volver a cometer y desde la superación de ideas equivocadas. Si nosotros no permitimos que nos hundan emocionalmente, no afectarán a nuestra seguridad ni a nuestra estabilidad personal.
Nos resultará apasionante adentrarnos en la superación de las crisis, en el control de nuestros estados emotivos, en el dominio de las situaciones que causan dolor. Como siempre, debemos de recordar que la mayoría de las veces la solución está dentro de nosotros mismos. Saldremos de ellas gracias a nuestra actuación, no a lo que hagan o dejen de hacer los demás.
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